LUXEMBURGO

Que ver en Luxemburgo: transporte, consejos y todo lo que debes saber

Luxemburgo es una ciudad que combina historia, cultura y modernidad en un entorno pintoresco. Es conocida como el “corazón de Europa” y está ubicada en la confluencia de los ríos Alzette y Pétrusse. Se caracteriza por sus colinas y valles profundos, ofreciendo vistas espectaculares desde sus numerosos miradores. El casco antiguo, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, se asienta sobre acantilados escarpados, brindando una estampa medieval única.

Fundada en el año 963, Luxemburgo surgió alrededor de un castillo fortificado y cuando paseas por la ciudad lo puedes apreciar perfectamente (como no, nos encantan las fortalezas!). A lo largo de los siglos, debido a su posición estratégica, fue codiciada por diversas potencias europeas, ganándose el apodo de “Gibraltar del Norte“.

Hoy en día la ciudad de Luxemburgo alberga numerosas instituciones de la Unión Europea, ofreciendo oportunidades laborales en sectores como finanzas, tecnología y servicios. Que no te extrañe ver un avión de la OTAN sobrevolando la ciudad, a nosotras nos puso un poco nerviosas.

Además, desde 2020, el transporte público es gratuito en todo el país (¡sí, también para turistas!). La red incluye autobuses, trenes y tranvías que conectan eficientemente la ciudad y sus alrededores. La mejor forma de moverse es usando la aplicación Mobiliteit.lu, mucho más precisa que Google Maps. Créeme, te ahorrará más de un dolor de cabeza.

Si necesitas información adicional, la oficina de turismo se encuentra en 30, Place Guillaume II · L-1648 Luxembourg, justo en el centro de la ciudad. Además, su página web oficial es una excelente fuente de datos actualizados. Abre de lunes a sábado de 9h a 18h y los domingos de 11h a 16h. Solo cierra el 1 de enero y 25 de diciembre.

Lugares imprescindibles en la capital

Catedral de Santa María de Luxemburgo (Catedral de Notre Dame)

Horario de visita: de lunes a sábado de 8h a 18h. Domingos de 9h a 19h. La entrada es gratuita.

Es el principal templo católico del país y una verdadera joya arquitectónica. Fue construida por los jesuitas en el siglo XVII y combina un estilo gótico tardío con toques renacentistas. Destacan sus vidrieras de colores y la atmósfera de paz que se siente dentro, características de las catedrales góticas. También encontraréis la imagen de la Virgen Consoladora de los Afligidos, patrona de Luxemburgo. Está en un altar dorado, rodeada de flores y velas. Durante la Octava de la Virgen en mayo, miles de peregrinos vienen a rendirle homenaje. No te vayas sin pasar por la cripta, donde descansan los miembros de la familia gran ducal y la estatua de la Virgen María, patrona de la ciudad. La encontrarás en Boulevard Roosevelt | rue Notre-Dame, L-2450 Luxembourg

Cathedral Luxemburgo

Plaza Clairefontaine

Esta pequeña plaza nos sorprendió por su ambiente tranquilo y elegante. No es de las más concurridas, pero tiene un encanto especial. Se encuentra justo detrás del Palacio Gran Ducal y es conocida por su estatua de la Gran Duquesa Carlota, una figura muy querida por los luxemburgueses. La Gran Duquesa Carlota jugó un papel crucial durante la Segunda Guerra Mundial al liderar el gobierno en el exilio y animar a su pueblo a través de sus discursos en la BBC. La estatua en su honor se colocó aquí en 1990 y es símbolo de unidad y resistencia. La plaza debe su nombre a la Abadía de Clairefontaine, ubicada en Bélgica, que estaba muy ligada a la familia ducal de Luxemburgo. Es un lugar perfecto para relajarte en un banco y observar el ir y venir de la gente local.

Palacio Gran Ducal

Horario de visita: de 10h a 17h. De Julio a principios de Septiembre.

Precio de entrada: 18€ adultos, 9€ niños

En el corazón de la ciudad el Palacio Gran Ducal es otro lugar imprescindible. Se trata de la residencia oficial del Gran Duque de Luxemburgo y el lugar donde se realizan sus funciones oficiales. Su arquitectura renacentista del siglo XVI llama la atención desde el primer vistazo, por su fachada ornamentada y balcones de hierro forjado. La visita guiada, que es en francés, inglés, alemán o luxemburgués, dura 1h15min y recordad que no está permitido tomar fotografías del interior. El recorrido te lleva por las salas de recepción, donde el Gran Duque recibe a jefes de estado y organiza eventos oficiales. Todo es lujoso pero elegante, con candelabros de cristal, alfombras rojas y pinturas históricas. Dentro se encuentra la Sala del Trono, con un ambiente solemne y majestuoso. La guía explicó que solo se usa en ocasiones muy especiales.

Solo se puede visitar en verano, cuando el Gran Duque y su familia están de vacaciones, pero merece la pena para ver sus elegantes salones por dentro. Las entradas se compran en la Oficina de Turismo, justo en la Place Guillaume II. Te recomiendo ir temprano porque se agotan rápido. Si tienes suerte, incluso podrás presenciar el cambio de guardia, aunque no te esperes algo tan espectacular como el palacio de Buckingham. Se produce todos los días a las 12h y los guardias llevan uniformes azul oscuro. Lo encontrarás en 17, rue du Marché-aux-Herbes, L-1728 Luxemburgo

Puerta de las Tres Torres

La Puerta de las Tres Torres (en luxemburgués, Dreitor), es uno de esos lugares que te transportan a la época medieval. Se construyó en el siglo XIII como parte de las fortificaciones medievales que protegían la ciudad. Es una de las pocas puertas de acceso que se conservan de la fortaleza original de Luxemburgo, conocida como la “Gibraltar del Norte”. Fue renovada en el siglo XVII por los españoles y más tarde reforzada por los austriacos, lo que le da ese toque robusto y misterioso. Durante siglos, esta puerta fue el acceso principal al barrio de Grund, uno de los más antiguos y pintorescos de Luxemburgo.

Sus tres torres son redondas y su puerta es arqueada. Desde aquí, puedes ver el barrio de Grund, el valle de Alzette y las antiguas murallas que rodean la ciudad. Pasear por sus alrededores es como caminar por un museo al aire libre, lleno de calles empedradas y puentes antiguos. Además, es un lugar perfecto para fotos, especialmente al atardecer cuando la luz dora las piedras antiguas.

Puerta de las tres torres luxemburgo

Plaza Guillermo II

Si hay una plaza que realmente late al ritmo de Luxemburgo, es la Plaza Guillermo II. Cuando la visitamos, vimos lo viva y animada que estaba, con mercados, eventos y músicos callejeros. Esta plaza es el centro neurálgico de la ciudad y un punto de encuentro tanto para turistas como para locales.

Lleva el nombre de Guillermo II, Rey de los Países Bajos y Gran Duque de Luxemburgo, quien fue muy querido por su defensa de la autonomía luxemburguesa. En el centro de la plaza está su estatua ecuestre, una de las más famosas del país. Durante la Edad Media, esta zona era el mercado principal de la ciudad, y aún hoy sigue siendo un lugar de encuentro y comercio.

Los miércoles y sábados hay mercado, donde venden productos frescos, artesanías y recuerdos. La plaza acoge conciertos, ferias y eventos navideños.

Museo de Luxemburgo (Musée National d’Histoire et d’Art)

Horario de visita: martes a domingo, de 10h a 18h

Precio de entrada: gratuïta. La colección temporal cuesta 7€ para adultos, gratuito para estudiantes <26 años.

A primera vista, el edificio llama la atención por su arquitectura, que mezcla lo histórico con lo moderno de manera espectacular. Por dentro, el museo es un viaje en el tiempo. Sus exhibiciones abarcan desde la prehistoria hasta la era moderna, así que puedes ver desde herramientas antiguas hasta pinturas contemporáneas.

Algo que nos gustó fueron los artefactos arqueológicos; algunos tienen miles de años de antigüedad y están tan bien conservados que es fácil imaginar cómo era la vida en aquellos tiempos. También tienen una gran colección de monedas y objetos históricos que cuentan la evolución cultural y artística de Luxemburgo. Si te gusta el arte, vas a disfrutar de las galerías con obras de artistas locales e internacionales.

Un consejo: ve con tiempo, porque es fácil perderse entre sus pasillos llenos de historia. Y si quieres aprovechar al máximo la visita, descarga la audioguía o únete a una visita guiada; te ayudará a entender mejor cada detalle. Encontrarás más información en su web oficial.

Casamatas del Bock

Horario de visita: de marzo a noviembre, de 10h a 17h

Precio de entrada: 8€ adultos, 6,50€ estudiantes/seniors (60+)

Hoy en día son un testigo silencioso de ese pasado militar. Caminar por sus túneles subterráneos construidos en el siglo XVII, es como retroceder en el tiempo, cuesta imaginar que en su momento protegieron a miles de personas durante asedios y guerras mundiales.

Casamatas del Bock 2

Fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y su historia es un testimonio de la capacidad defensiva de Luxemburgo. Si te gusta la historia, no te las puedes perder. Son consideradas las casamatas mas largas del mundo y la rocktop mas bella de Europa. La entrada está en: bock casemates montée de clausen L-1343.

Casamatas del Bock

Rives de Clausen

Si buscas ambiente moderno y diversión nocturna, no puedes dejar de visitar Rives de Clausen. Este barrio tiene una historia interesante. Clausen fue en su día el hogar de la famosa cervecería Mousel, fundada en 1824. La fábrica cerró en 2002, pero los edificios históricos se han restaurado y convertido en bares, pubs y discotecas. El lugar ha mantenido el estilo industrial de la fábrica original, lo que le da un aire único y moderno. Hay bares para todos los gustos, desde pubs tradicionales hasta discotecas de música electrónica. Así como restaurantes y terrazas.

Este barrio tiene un ambiente multicultural, puedes escuchar una mezcla de idiomas y conocer gente de todo el mundo. Además, durante el día, el lugar es mucho más tranquilo. Puedes pasear a lo largo del río Alzette y disfrutar de las vistas del valle de Pfaffenthal.

Plaza de Armas

En el corazón de la ciudad, la Plaza de Armas es uno de esos lugares que te atrapan sin darte cuenta. Se siente como el salón de estar de Luxemburgo, donde locales y turistas se mezclan entre las terrazas de los cafés y los músicos callejeros. Esta plaza tiene mucha historia. Fue establecido en el siglo XVII y, en sus inicios, se usó para desfiles militares, lo que explica su nombre. Sin embargo, con el tiempo, cambiaron las marchas militares por charlas animadas y risas.

Lo que más me gusta de la Plaza de Armas es cómo combina el pasado y el presente. Está rodeada de edificios históricos con fachadas elegantes, pero también de cafeterías y restaurantes modernos donde puedes sentarte para observar el ir y venir de la gente. Si tienes suerte, te toparás con algún mercado al aire libre o un evento cultural. La atmósfera al pasar es tan vibrante que podrían pasar horas simplemente disfrutando del ambiente. Y si visitas en invierno, el mercado navideño es simplemente mágico.

Chemin de la Corniche

Es conocido como el “balcón más hermoso de Europa”, y cuando caminamos por allí, entendimos por qué. Es un paseo peatonal que bordea las antiguas murallas de la ciudad, ofreciendo unas vistas espectaculares del valle del Alzette y el barrio de Grund. El recorrido es gratuito y no tiene horario, así que te recomiendo ir al atardecer. La luz dorada sobre los tejados rojos y las callejuelas empedradas es simplemente mágica. Nos quedamos un buen rato contemplando el paisaje y sacando fotos. Es el lugar perfecto para fotógrafos y románticos.

Chemin de la Corniche

Grund

Situado a orillas del río Alzette, este barrio parece sacado de un cuento medieval. Con sus calles empedradas, casas coloridas y puentes antiguos, es perfecto para pasear y tomar fotos.

Fue uno de los primeros barrios habitados de Luxemburgo, debido a su cercanía al río. Durante la Edad Media, era una zona comercial importante. En el pasado, Grund fue hogar de artesanos y comerciantes, y más tarde se convirtió en un barrio de clase obrera. Hoy en día, es una zona bohemia y vibrante. Puedes visitar la Abadía de Neumünster, un edificio impresionante que fue prisión durante la Revolución Francesa y ahora es centro cultural y de eventos.

Este barrio es ideal para pasear sin prisas, descubrir pequeños cafés y disfrutar del ambiente relajado. La vida nocturna aquí es más relajada que en Clausen, pero igual de encantadora. Algunos bares tienen terrazas con vistas al río. También es un buen barrio para andar debido a sus senderos naturales en pleno centro de la ciudad y sus vistas panorámicas.

Abadía de Neumünster

Cuando bajamos al barrio de Grund, lo primero que llamó nuestra atención fue la imponente estructura de la Abadía de Neumünster, situada junto al río Alzette. Este lugar no solo destaca por su belleza arquitectónica, sino también por su historia cargada de cambios y transformaciones. La Abadía de Neumünster se construyó en 1606 como monasterio benedictino. Sin embargo, su historia es mucho más complicada. En 1796, durante la Revolución Francesa, los monjes fueron expulsados y el lugar se convirtió en prisión. En 1940, durante la ocupación nazi, también fue utilizado como cárcel para la resistencia luxemburguesa. Después de la guerra, se abandonó durante años hasta que, en 2004, se restauró y transformó en centro cultural.

Abadia de Neumunster

Hoy en día, es un centro cultural vibrante que alberga conciertos, exposiciones de arte, conferencias y eventos. Es una combinación de arquitectura histórica con interiores modernos y espacios artísticos. En resumen, un lugar que respira creatividad. Además, su patio central es un lugar ideal para relajarse y dejarse llevar por el ambiente tranquilo del barrio.

Klouschtergaart

El Klouschtergaart es un jardín escondido cerca de la Abadía de Neumünster, perfecto para relajarte. Se creó en 2004 como un jardín educativo y tiene plantas medicinales, hierbas y viñedos. Es un lugar tranquilo, ideal para pasear y desconectar del bullicio de la ciudad.

Ascensor de Pfaffenthal

Horario de visita: de 5:45h a 1:00h todos los días.

Precio de entrada: gratuito

Para conectar la parte alta con el barrio de Pfaffenthal, Luxemburgo tiene un ascensor panorámico de cristal. Nos encantó la experiencia porque combina funcionalidad y turismo. Al subir o bajar, tienes una vista impresionante de la ciudad, con el Puente Rojo al fondo y el valle bajo tus pies. La sensación de flotar en el aire es increíble. Además, el barrio de Pfaffenthal es muy tranquilo y pintoresco, ideal para un paseo relajado.

En el piso de arriba del ascensor hay un mirador de cristal de acceso público, un buen lugar para quedarse un rato y observar las vistas tranquilamente. Las paredes y los suelos son de cristal, por lo que no es apto para personas con miedo a las alturas.

Ascensorpfafffenthal

Valle del Pétrusse

El valle lleva el nombre del río Pétrusse, un afluente del Alzette que solía rodear las antiguas murallas de la ciudad. En el siglo XIX, el río fue canalizado y el valle se transformó en un parque urbano. Durante siglos, el valle sirvió como defensa natural de la ciudad. De hecho, desde las fortificaciones en la parte superior, se podía vigilar y proteger la ciudad de posibles invasores. Hoy en día, es un oasis de paz lleno de jardines, senderos y áreas de recreo.

El valle es perfecto para pasear, correr o hacer un picnic bajo los árboles. Hay canchas de tenis, áreas de juego y carriles bici. En resumen, es un lugar tranquilo para desconectar del bullicio de la ciudad.

Puente Adolfo

El Puente Adolfo es otro lugar imprescindible. Construido entre 1900 y 1903, es uno de los símbolos de la ciudad y conecta el Boulevard Royal con el barrio de Gare. Lo interesante es que, aunque parece un puente antiguo, tiene una pasarela peatonal moderna debajo del arco principal, que ofrece unas vistas increíbles del Valle de Pétrusse.

Caminamos por allí al atardecer y fue una experiencia preciosa. La pasarela es gratuita y siempre está abierta. Desde allí, puedes tomar algunas de las mejores fotos panorámicas de Luxemburgo, con la ciudad vieja en el fondo y el valle verde bajo tus pies. Es un contraste perfecto entre arquitectura histórica y moderna.

Puente Adolfo

Plaza de la Constitución

Esta plaza, que tiene vistas panorámicas del valle de Pétrusse, está ubicada en la Ciudad Alta y es uno de los lugares más emblemáticos de Luxemburgo.

La plaza fue construida en 1923 para conmemorar a los soldados luxemburgueses que murieron en la Primera Guerra Mundial. En el centro se encuentra la Gëlle Fra (Mujer Dorada), un monumento que simboliza la libertad y la resistencia. La estatua fue retirada por los nazis durante la ocupación en 1940 y recuperada después de la guerra. Hoy en día, la Gëlle Fra también honra a los soldados caídos en conflictos posteriores.

Las vistas desde la plaza son impresionantes. Desde aquí, puedes ver el Puente Adolphe, el valle de Pétrusse y el Barrio de Grund. Es un lugar perfecto para tomar fotos panorámicas o simplemente relajarte en uno de sus bancos. A menudo hay eventos y festivales en la plaza, como mercados navideños o conciertos al aire libre.

Muralla de Luxemburgo

No puedes visitar Luxemburgo sin explorar sus murallas antiguas. Las fortificaciones de Luxemburgo eran conocidas como la Gibraltar del Norte por su ubicación estratégica y su compleja estructura militar. La construcción de las murallas comenzó en el siglo X, y se expandió a lo largo de los siglos bajo diferentes potencias, incluidos los españoles, franceses, austriacos y prusianos. En 1867, tras el Tratado de Londres, Luxemburgo fue declarado estado neutral y sus murallas fueron demolidas parcialmente. A pesar de esto, muchas partes de las murallas se preservaron y ahora son Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Iglesia Saint Michel

Construida en el siglo X, la Iglesia de Saint Michel es la iglesia más antigua de Luxemburgo. Aunque ha sido reconstruida varias veces, su interior conserva un estilo románico con toques góticos y barrocos. Tiene una atmósfera serena y vidrieras coloridas. La iglesia ofrece vistas panorámicas de Grund y del valle de Alzette.

iglesia saint michel Luxemburgo

Fort Thüngen – Museo de Arte moderno

El Fort Thüngen, también conocido como las Tres Bellotas (debido a las tres cúpulas con forma de bellota en sus torres), combina historia militar y arte moderno de una manera espectacular. Fue construido en 1732 por los austriacos como parte de las fortificaciones de Luxemburgo. Durante los siglos XIX y XX, pasó por manos de franceses, prusianos y alemanes, y fue ampliado y reforzado varias veces. Tras el Tratado de Londres de 1867, gran parte de las fortificaciones de Luxemburgo fueron demolidas, pero el Fort Thüngen sobrevivió parcialmente. Se restauró en 1990 y ahora forma parte del Museo de Arte Moderno (MUDAM), lo que lo convierte en un espacio único que mezcla historia y cultura contemporánea. El MUDAM ofrece exposiciones vanguardistas.

Horario: Abierto de 11:00 a 18:00 h (hasta las 21:00 h los miércoles). Cierra los lunes.

Precios: Adultos 10€, menores de 21 años gratis. Los miércoles de 18h a 21h es gratis

La arquitectura moderna del museo, diseñada por Ieoh Ming Pei (¡el mismo arquitecto de la Pirámide del Louvre!), contrasta maravillosamente con las antiguas murallas del Fort Thüngen. Aquí encontrarás exposiciones vanguardistas de arte contemporáneo de artistas locales e internacionales. Tiene instalaciones interactivas y performances en vivo, así como eventos culturales como charlas, conciertos y talleres para todas las edades.

Tiene vistas panorámicas de la Ciudad Alta y del Barrio de Kirchberg. Después de explorar la historia del fuerte, puedes relajarte en los jardines del museo.

Se puede llegar en tranvía (parada Philharmonie/Mudam) o caminando desde el centro histórico.

Filarmónica de Luxemburgo

Como llegar: En tranvía (parada Philharmonie/Mudam) o en autobús desde el centro de la ciudad.

Precios: varía según el evento, desde 15€ hasta 100€.

No solo es un templo de la música clásica, sino también una joya arquitectónica. Tiene 842 columnas blancas que rodean el edificio, creando un efecto de ligereza y movimiento. Fue diseñada por el arquitecto Christian de Portzamparc y abrió en 2005. La Gran Sala de Conciertos tiene 1.500 asientos y una acústica impecable, perfecta para orquestas sinfónicas y recitales de piano. También hay salas más pequeñas para música de cámara y conciertos experimentales. La programación musical, con orquestas de renombre mundial, solistas virtuosos y conciertos de música contemporánea es muy variada. Puedes asistir a un concierto o simplemente visitar el edificio y disfrutar de su arquitectura. El lobby y la terraza ofrecen vistas panorámicas del Barrio de Kirchberg.

Hay mas información en su página web oficial.

Parlamento europeo

Horario: Abierto de 10:00 a 18:00 h (última entrada a las 17:30h). Cierra los domingos.

Luxemburgo no solo es conocido por su encanto medieval y sus hermosos paisajes, sino también por ser uno de los centros administrativos más importantes de Europa. Y eso se siente en el Parlamento Europeo, un lugar que respira política e historia. Luxemburgo es una de las tres sedes oficiales del Parlamento Europeo, junto con Bruselas y Estrasburgo. La historia política de Luxemburgo siempre ha estado ligada a la integración europea. De hecho, es uno de los seis países fundadores de la Unión Europea. En 1952, cuando se fundó la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA), Luxemburgo fue elegido como su sede administrativa. Desde entonces, ha sido un pilar en la historia europea. En la actualidad, Luxemburgo alberga la Secretaría General del Parlamento Europeo, donde se preparan las sesiones plenarias y se gestionan documentos oficiales.

Aunque no puedes asistir a sesiones plenarias (que se celebran en Estrasburgo), puedes visitar el edificio y aprender más sobre el funcionamiento del Parlamento Europeo. La arquitectura moderna del edificio es impresionante, con grandes ventanales y un diseño que refleja transparencia y democracia. Puedes participar en visitas organizadas que explican cómo funcionan las instituciones europeas y el papel de Luxemburgo en la política europea.

Está  ubicado en el Barrio de Kirchberg, la zona más moderna y financiera de Luxemburgo. Se puede llegar en tranvía (parada Philharmonie/Mudam) o en autobús desde el centro de la ciudad. Y la entrada es gratuita, pero requiere reserva previa para las visitas guiadas.

Torres de Vauban

Fueron construidas en el siglo XVII como parte de las fortificaciones diseñadas por Sébastien Le Prestre de Vauban, uno de los ingenieros militares más famosos de Francia. Vauban era el ingeniero favorito del rey Luis XIV y fue clave en la modernización de las defensas de Luxemburgo cuando la ciudad era estratégicamente importante en Europa. Las fortificaciones de Vauban transformaron Luxemburgo en una de las ciudades fortificadas más impenetrables de Europa, conocida como la “Gibraltar del Norte”. A lo largo de los siglos, las torres han sido testigos de muchas guerras y cambios de poder: fueron usadas por franceses, españoles, austriacos y prusianos.

Desde las torres, puedes ver el Valle del Alzette y el casco antiguo de Luxemburgo, ¡una vista que parece sacada de una postal medieval!

Es un lugar tranquilo y lleno de historia, perfecto para pasear y reflexionar sobre el pasado militar de Europa. Y si te gusta la fotografía, ¡prepárate para capturar panorámicas impresionantes!

Torres de vauban Luxembourg

Qué más hacer en Luxemburgo capital

Circuitos de Wenzel y Vauban

Una buena opción para recorrer la ciudad es seguir los circuitos de Wenzel y Vauban, estos circuitos públicos recorren la ciudad y sus alrededores a la vez que pasan por los puntos más emblemáticos de la zona.

Seguirlos es muy fácil, ya que es cuestión de ir siguiendo las señales que encontrarás a lo largo del recorrido. Además el centro de turismo de Luxemburgo ha creado unos mapas de las rutas donde también tendrás una explicación de lo que estás viendo en cada punto, el punto negativo es que de momento están solamente en inglés. Os dejo los links de cada ruta a continuación:

Si hay una experiencia que no puedes perderte en Luxemburgo, para nosotras es el Paseo de Vauban. En nuestro viaje fue como caminar por las páginas de un libro de historia, con paisajes tan impresionantes que nos parábamos a hacer fotos a cada rato. Esta ruta se inicia por el casco antiguo de la ciudad y se dirige a la periferia de la ciudad pasando por murallas medievales, fortificaciones y bosques que parecen sacados de otra época. Es como retroceder en el tiempo, pero con el bullicio moderno de la ciudad de fondo.

Circuitos de Wenzel y Vauban

El paseo de Wenzel se centra sobre todo en la ciudad y su casco antiguo, ideal si tienes menos tiempo para estar en Luxemburgo. Pasarás por sitios como el Promontorio y las Casamatas de Bock, el puente de la ciudad baja, la Abadía de Neumünster y la Puerta de Grund con las vistas a la Chemin de la Corniche.

Los paseo de Wenzel y Vauban están pensados para que duren unas dos horas cada uno de ellos si los recorres con calma, merece la pena tomarte tu tiempo, detenerte en los miradores y disfrutar del ambiente. Recorrer ambos circuitos en una mañana es totalmente factible, ya que parte de los recorridos es el mismo, por tanto es segundo recorrido que hagas vas a ir directamente a la parte que te falta por ver de la ciudad.

Circuitos de Wenzel y Vauban Luxemburgo

Nosotras empezamos a recorrerlos por la mañana temprano, cuando las calles todavía estaban tranquilas, y fue una de las mejores decisiones del viaje. Además, la luz suave de la mañana hace que las fotos queden espectaculares.

Si te interesa la historia, considera hacer el recorrido con una audioguía o una visita guiada. Nosotras optamos por explorar a nuestro ritmo, descubriendo que hay muchísimas anécdotas y leyendas detrás de cada rincón. Te garantizo que terminarás los recorridos enamorándote de la ciudad.

Visita al casco antiguo en trenecito

Existe un tren urbano que da una pequeña vuelta circular que explora el casco antiguo, cuesta 14,50€ e incluye una audioguía en distintos idiomas (incluye el español). Se distingue muy fácilmente, ya que la parte delantera es azul claro y el resto del cuerpo es verde claro.

Si quieres saber más de la ciudad y dominas el inglés, aquí te dejo unos tours interesantes:

¿Dónde se realizan las fotografías mas conocidas?

Si eres amante de la fotografía, prepárate para llenar la memoria de tu cámara. Luxemburgo está lleno de rincones que parecen sacados de una postal, y algunos de ellos son simplemente imprescindibles.

El lugar por excelencia es el Chemin de la Corniche. Si vas al atardecer, los tonos dorados bañando las murallas y los tejados de la ciudad crean una escena mágica. Sin duda, una de las fotos más icónicas que puedes llevarte de Luxemburgo.

Otro lugar que no puedes dejar pasar es el ascensor de Pfaffenthal, el ascensor panorámico de cristal. No es solo un medio de transporte; es una experiencia en sí misma. Al ser trasparente tendrás la sensación que flotas sobre la ciudad, dando una perspectiva diferente. Recuerda que es gratuito.

Y, por supuesto, no te olvides del Puente Adolphe. Este icónico puente es uno de los símbolos de Luxemburgo, y no es difícil entender por qué. Desde allí, puedes captar el contraste perfecto entre la arquitectura histórica y la moderna. Por un lado, las antiguas fortificaciones y el verdor del valle del Pétrusse; por otro, los edificios contemporáneos que reflejan el dinamismo de la ciudad. Es un punto estratégico para capturar la esencia de Luxemburgo en una sola imagen. Un consejo: prueba a ir de noche, cuando el puente se ilumina y la ciudad brilla en el horizonte.

Estos lugares no solo ofrecen las mejores vistas, sino que también cuentan historias, así que carga bien la batería de tu cámara y prepárate para capturar recuerdos inolvidables. ¡Tus redes sociales te lo agradecerán!

Donde comer

En Luxemburgo descubrirás que la comida es tan diversa como su cultura. Al ser un cruce de caminos en Europa, encuentras influencias francesas, alemanas y belgas en casi cada plato. La verdad es que comer en Luxemburgo es toda una experiencia, y hay opciones para todos los gustos y presupuestos. Aquí van algunos de los lugares que probamos:

Si buscas una experiencia auténtica, Am Tiirmschen es una parada obligatoria. Está en el casco antiguo, en una callecita empedrada que parece sacada de un cuento. Su ambiente es muy acogedor, con techos bajos y decoración rústica. Allí puedes probar el Judd mat Gaardebounen, un plato tradicional de cerdo ahumado con habas. La porción es generosa y el sabor… ¡una delicia! Eso sí, ve con hambre porque las raciones te van a dejar bastante lleno.

Para algo más relajado, te recomendamos el Café des Artistes en el barrio de Grund. Es uno de esos lugares con encanto bohemio, perfecto para tomar una cerveza artesanal después de un día de turismo. La terraza da al río Alzette, así que las vistas son increíbles, sobre todo al atardecer. Probamos la Quiche Lorraine y fue de las mejores que hemos comido. Además, el ambiente es tan animado que es fácil acabar charlando con los locales.

Si te apetece algo más internacional, Mamacita es una opción genial. Es un restaurante mexicano con un toque moderno. No nos esperábamos encontrar tacos tan auténticos en Luxemburgo, pero la verdad es que nos sorprendieron. El taco de cochinita pibil estaba espectacular. Además, los cócteles están buenísimos. Al final terminamos quedándonos más tiempo de lo planeado, simplemente disfrutando del ambiente vibrante.

Si prefieres algo rápido y económico, hay varios Paul repartidos por la ciudad. Es una cadena francesa de panaderías y cafeterías que nunca falla. Sus croissants son perfectos para un desayuno rápido, y el sándwich de jamón y queso fue nuestra salvación más de una vez mientras hacíamos turismo. Además, sus locales suelen estar bien ubicados, así que son una opción conveniente para hacer un descanso.

Si te da curiosidad probar comida luxemburguesa sin gastar demasiado, pasa por un Cactus o Auchan, que son los supermercados más comunes en Luxemburgo. La sección de comida preparada es sorprendentemente buena. Probamos un Gromperekichelcher (una especie de tortita de patata) y estaba delicioso. Además, puedes armar un picnic y disfrutarlo en alguno de los parques de la ciudad.

Ah, y si tienes un antojo dulce, Chocolate House frente al Palacio Gran Ducal es una visita obligada. Sus cucharas de chocolate son literalmente cucharas de chocolate que derrites en leche caliente, creando uno de los mejores chocolates calientes que hemos probado. El lugar también tiene un ambiente acogedor, con sillones cómodos y una decoración vintage que invita a quedarte un buen rato.

Desde restaurantes tradicionales hasta cafeterías y supermercados, comer en esta ciudad es una experiencia que refleja su multiculturalidad. Así que mi consejo es que pruebes de todo un poco. ¡No te arrepentirás!

Castillos y pueblos por Luxemburgo

Si tienes tiempo durante tu visita a Luxemburgo, te recomiendo que hagas algunas excursiones desde la capital. Yo decidí explorar los alrededores y fue una de las mejores decisiones del viaje. Luxemburgo es un país pequeño, por lo que puedes visitar pueblos encantadores y paisajes espectaculares en un solo día.

Pasamos un curioso momento tratando de descifrar cómo funcionaba el transporte interurbano. Mientras esperábamos al autobús, vimos pasar tres autocares frente a nosotras, no los tomamos porque estábamos esperando un autobús convencional. Al cabo de un buen rato, una amable persona nos aclaró que esos autocares hacían la función de autobús publico interurbano. Entonces surgió otro dilema: ¿Cuál de los autocares era el nuestro? Ninguno tenía números en la parte delantera o trasera, así que nos tocó correr y preguntar a los conductores cada vez que paraba uno. Finalmente, conseguimos subir al autocar correcto.

Vianden

Vianden es, sin duda, uno de los lugares más bonitos que visitamos. Apenas bajamos del autobús (el 180 o 181 desde la estación de tren de Luxemburgo), nos sentimos como si hubiéramos viajado en el tiempo.

El pueblo es pequeño pero encantador, con calles empedradas y casitas color pastel a orillas del río Our. Enseguida llama la atención el Castillo de Vianden, uno de los más grandes y mejor conservados de Europa. Fue la residencia de los condes de Vianden, una de las familias nobles más influyentes de la región. Está en lo alto de una colina y se ve desde cualquier punto del pueblo.

Vianden

Nosotras decidimos subir a pie, y aunque la caminata es empinada, las vistas del valle desde allí son espectaculares. Si prefieres ahorrarte el esfuerzo, también hay un telesilla que te lleva hasta arriba (solo funciona en primavera y verano). La entrada al castillo cuesta 10€ para adultos y 5€ para estudiantes , y puedes recorrer sus salas medievales a tu ritmo. Los que quieran audioguía la pueden coger por 2€.

Dentro, te sumerges en la historia de los condes de Vianden, con mobiliario de época, armaduras y pinturas antiguas. Te encantará explorar las torres y caminar por las murallas. La vista desde allí arriba es simplemente mágica. Además, si vas en octubre, el castillo organiza un festival medieval que transforma el lugar en un auténtico mercado de la Edad Media.

Castillo Vinaden

Después de visitar el castillo, puedes bajar al pueblo y detenerte en la pequeña cafetería llamada Café du Pont, justo al lado del puente. Nosotras nos tomamos allí un café con una porción de Kuch (un pastel local) mientras disfrutábamos del sonido del río. Fue el cierre perfecto para una visita inolvidable.

Encontraréis más información, así como sus horarios en la página oficial.

Clervaux

Es un pequeño pueblo en medio de las Ardenas. Llegar es fácil: solo toma el tren (el RE 411 o el IC 5335) desde la estación de Luxemburgo y en una hora estarás allí. El trayecto en sí ya es una experiencia, con paisajes verdes y montañas suaves que parecen salidos de una postal.

Clervaux es el tipo de lugar donde el tiempo parece pasar más despacio, se respira calma. El Castillo de Clervaux es la principal atracción, y aunque es más pequeño que el de Vianden, tiene un encanto especial. Lo mejor es que alberga la famosa exposición fotográfica “The Family of Man” de Edward Steichen, con más de 500 fotografías de todo el mundo durante la posguerra. La entrada cuesta 6€.

Después de visitar el castillo, fuimos a la Abadía de Clervaux, un monasterio benedictino en lo alto de una colina. Es un lugar de paz absoluta. Asistimos a uno de los cantos gregorianos de los monjes y fue una experiencia espiritual, incluso sin ser religiosas. La vista desde la abadía es impresionante, con el pueblo y el valle extendiéndose a tus pies.

Antes de regresar, nos detuvimos en el Café du Parc, cerca de la estación de tren. Probamos una tarta de manzana casera que estaba deliciosa. Es un lugar acogedor y perfecto para relajarse antes del viaje de vuelta.

Tienes más información en la página web oficial de Clervaux.

Valle de los Siete Castillos

Si te gustan los castillos (y las rutas panorámicas), no puedes perderte el Valle de los Siete Castillos. La opción más práctica es alquilar un coche para hacerlo a vuestro ritmo, pero también puedes recorrer la zona en autobús. Esta ruta escénica de 24 kilómetros en el oeste de Luxemburgo atraviesa el valle del río Eisch y pasa por siete castillos medievales en diferentes estados de conservación pasando por Mersch, Schoenfels, Hollenfels, Ansembourg (dos castillos), Septfontaines y Koerich.

Cada castillo tiene su propio encanto. Algunas son ruinas románticas cubiertas de hiedra, como el Castillo de Ansembourg, mientras que otras están en perfecto estado, como el Castillo de Hollenfels. Nos encantó explorar el Castillo de Mersch, que tiene un parque precioso para hacer un picnic. Además, la carretera que conecta los castillos serpentea con valles verdes y bosques frondosos, así que el camino es tan espectacular como los destinos.

Un consejo: lleva un buen calzado y prepárate para caminar bastante. Algunos castillos están en lo alto de colinas, pero las vistas son increíbles. Nosotras nos pasamos casi todo el día recorriendo el valle y aún así nos quedamos con ganas de más.

Es una excursión ideal para los amantes de la historia y la arquitectura, ofreciendo una visión del patrimonio medieval del país en un entorno natural impresionante.

Beaufort

El principal atractivo es su Castillo, y en realidad son dos: uno medieval en ruinas y otro renacentista que está en perfecto estado. La combinación de ambos hace que el lugar sea simplemente mágico.

El Castillo Medieval de Beaufort data del siglo XI y fue ampliado en los siglos posteriores, sirviendo como defensa contra invasiones. Las torres derrumbadas y los muros cubiertos de hiedra crean un ambiente misterioso y romántico. Mientras explorábamos, nos imaginábamos cómo sería la vida de los caballeros y damas que habitaron el castillo hace siglos. La entrada general cuesta 7€, para estudiantes 4€ y puedes recorrerlo a tu ritmo. No te pierdas la mazmorra, es un poco escalofriante pero muy interesante. Abre todos los días del 15 de marzo al 30 de noviembre de 9:00 a 18:00 horas.

Castillo Beaufort viejo

Justo al lado está el Castillo Renacentista que conserva todo tal cual lo dejó la última persona que vivió allí. Recuerdo especialmente una silla junto a un ventanal desde donde esta persona solía observar a los visitantes del castillo viejo. La silla todavía tiene la forma de su postura y sus gafas aún se encuentran en la mesita de al lado, un detalle que añade un toque personal y melancólico al lugar.

Interior Castillo Beaufort

Solo se puede visitar con una visita guiada, pero vale la pena. La entrada general cuesta 14€ y para estudiantes 7€. El interior está decorado con mobiliario de época y ofrece una visión de la vida aristocrática del siglo XVII. Es fascinante ver el contraste con el castillo medieval en ruinas. Abre de jueves a domingo entre marzo y noviembre en dos horarios, a las 11:00 y a las 16:00 horas. Encontraréis más información en la página oficial.

Castillo Beaufort nuevo

Antes de irnos, probamos el famoso licor de grosella negra que producen allí mismo llamado Cassero. Te lo ofrecen al final del recorrido, y la verdad es que está delicioso. Si te gusta, puedes comprar una botella en la tienda del castillo como recuerdo.

Un consejo: no te vayas sin darte una vuelta por el pueblo. Es pequeño pero encantador, con casitas de piedra y calles tranquilas. Nos detuvimos en una heladería llamada Ice Cream Dreams, donde probamos un helado artesanal de grosella que estaba increíble. Fue el final perfecto para una visita memorable.

Bourscheid

Si buscas vistas panorámicas, Bourscheid es el lugar perfecto. Llegué en autobús desde Ettelbruck, y el trayecto ya fue una experiencia en sí misma, con paisajes de colinas verdes y bosques frondosos. El Castillo de Bourscheid es la estrella del pueblo, situado en lo alto de una colina con vistas espectaculares del valle del río Sûre. Este castillo, es el castillo más grande de Luxemburgo.

Este castillo es una fortaleza imponente que data del siglo X. Lo que más nos impresionó fue su ubicación: parece flotar sobre el valle, rodeado de colinas cubiertas de árboles. La vista desde las torres es simplemente alucinante, sobre todo al atardecer. Nos quedamos allí un buen rato, solo disfrutando del paisaje. La entrada cuesta 7€, e incluye una audioguía que te cuenta la historia del castillo de una manera muy amena.

Caminando por las murallas y las torres, realmente sientes la historia. Imaginamos cómo los soldados defendieron la fortaleza en la Edad Media. Además, hay paneles informativos que explican cómo era la vida en el castillo, lo que hace la visita aún más interesante.

Después de explorar el castillo, fuimos al Hotel-Restaurante St. Fiacre a almorzar. Probamos un Bouneschlupp (sopa de judías verdes) que estaba deliciosa. El restaurante tiene una terraza con vistas al valle, así que nos quedamos un buen rato disfrutando del paisaje mientras comíamos. Si buscas un lugar tranquilo y con buena comida, este es el sitio.

Encontrarás más información el la pagina web oficial.

Echternach

Es la ciudad más antigua de Luxemburgo y sinceramente, ¡nos encantó!. Al llegar, nos encontramos con un casco antiguo lleno de vida, con calles empedradas, plazas animadas y edificios coloridos. La Abadía de Echternach es el corazón del pueblo y uno de los lugares más impresionantes que visitamos.

Fundada en el siglo VII por San Willibrord, la abadía tiene una basílica románica que te deja sin palabras. Al entrar, nos preguntamos por su sencillez y belleza. Lo más interesante es la cripta de San Willibrord, donde descansan los restos del santo. Es un lugar tranquilo, espiritual y un importante sitio de peregrinación, perfecto para un momento de reflexión. La entrada es gratuita, pero te sugerimos dejar una donación para el mantenimiento del lugar.

Después de visitar la abadía, exploramos el casco antiguo. La Plaza del Mercado es el lugar perfecto para relajarse con un café y observar el ambiente. Nosotras probamos un Gromperekichelcher (tortita de patata) en un puesto callejero, ¡y estaba delicioso!

La ciudad también es conocida por su procesión danzante anual, una tradición que data de la Edad Media y que ha sido reconocida por la UNESCO como patrimonio cultural inmaterial.

Y si te gusta la naturaleza, no puedes perderte la famosa región de Müllerthal Trail, conocida como la “Pequeña Suiza de Luxemburgo”. Es una ruta de senderismo que pasa por bosques frondosos, formaciones rocosas impresionantes pueblos pintorescos y cascadas escondidas. “Mullerthal Trail” es una red de rutas de senderismo que suman más de 100 kilómetros. Nosotras hicimos un tramo corto hasta la Schiessentümpel, una cascada con un puente de piedra que parece sacada de un cuento de hadas. Si te gusta la fotografía, ¡lleva la cámara bien cargada! Esta región es un paraíso para los amantes de la naturaleza y la aventura.

Estas excursiones fueron lo mejor de nuestro viaje a Luxemburgo. Vianden y Beaufort te sumergen en la historia medieval, Clervaux te toca el corazón con su exposición fotográfica, Echternach combina historia y naturaleza de manera perfecta y el Valle de los Siete Castillos y Bourscheid te transportan a un mundo de cuentos de hadas con sus mejores vistas. Lo mejor es que todos estos lugares están cerca de la capital, así que son perfectos para una escapada de un día. Ya sea en coche o en transporte público (¡gratis en todo el país!). Si tienes tiempo, no dudes en visitarlos. ¡Te van a encantar tanto como a mí!

Para más información visita su pagina oficial.

Que más ver en el país de Luxemburgo

Pueblo Remich

Remich es un pequeño pueblo a orillas del río Mosela, conocido como la “Perla del Mosela”. Para llegar, simplemente toma el autobús 413 o 411 desde la estación central de Luxemburgo, y en menos de una hora estarás allí. El camino es precioso, con colinas cubiertas de viñedos que parecen sacadas de una postal.

Lo primero que hicimos al llegar fue dar un paseo por el Malecón de Remich. Es un paseo largo y tranquilo a lo largo del río, con bancos para sentarse y disfrutar de las vistas. Ese día el sol brillaba, y había gente paseando, haciendo deporte y familias en bicicletas. La atmósfera es relajada y alegre, perfecta para desconectar del bullicio de la ciudad.

Una de las cosas más populares que hacer en Remich es un paseo en barco por el Mosela. Nosotras nos animamos a hacerlo, y fue una experiencia maravillosa. El crucero dura aproximadamente una hora y te lleva por el río, rodeado de viñedos y colinas verdes. Es muy relajante y las vistas son espectaculares. Además, puedes ver la frontera con Alemania al otro lado del río. El billete puedes comprarlo directamente en el embarcadero.

Después del paseo en barco, decidimos probar el vino local. Remich es famosa por sus viñedos y sus bodegas de vino blanco y espumoso, siendo el centro de la región vinícola de Luxemburgo. Fuimos a Caves St. Martin, una bodega que ofrece visitas guiadas y degustaciones. El precio de la visita puede ser variado dependiendo de lo que quieras probar, y además te explican todo el proceso de elaboración del vino, hay más información en su página oficial. Al final, puedes probar varios tipos de Crémant (vino espumoso). Nuestro favorito fue el Crémant Rosé, ¡muy fresco y delicioso!

Si prefieres algo más relajado, puedes simplemente sentarte en una terraza junto al río y disfrutar de una copa de vino local. Fuimos al restaurante Pier29, donde probé una copa de Riesling con unas preciosas vistas del Mosela. Fue un momento perfecto para descansar y disfrutar del ambiente.

Antes de irnos, dimos un paseo por el casco antiguo de Remich. Es pequeño pero encantador, con calles estrechas, casitas de colores pastel y tiendecitas locales. Nos detuvimos en una panadería llamada Patisserie Oberweis y probamos un Quetschentaart (pastel de ciruela) típico de la región. Estaba tan bueno que nos llevamos otro trozo para el camino. La visita se puede combinar perfectamente con la del Cementerio y Monumento americano.

Siempre puedes encontrar más información en su página oficial.

Cementerio y Monumento americano

Después de disfrutar de Remich, decidimos visitar el Cementerio y Monumento Americano en Luxemburgo. Es un lugar histórico y conmovedor que rinde homenaje a los soldados estadounidenses caídos durante la Batalla de las Ardenas en la Segunda Guerra Mundial.

Para llegar, tomamos el autobús 411 o 223 desde el centro de Luxemburgo hasta Hamm, aunque también puedes coger el autobús 15, que te deja a 1Km del cementerio y puedes ir andando por un camino de bosque hasta el lugar. Desde la parada, solo hay que caminar unos minutos hasta la entrada. La visita es gratuita, y el lugar está abierto todos los días de 9h a 17h.

Entrada Cementerio y monumento americano

Nada más entrar, te invade un sentimiento de respeto y solemnidad. El cementerio está impecablemente cuidado, con hileras de cruces blancas perfectamente alineadas. Es un lugar impresionante, y al caminar por los senderos te das cuenta de la magnitud del sacrificio. Más de 5.000 soldados estadounidenses están enterrados aquí, incluidos muchos que participaron en la Batalla de las Ardenas, una de las más decisivas de la Segunda Guerra Mundial.

Tumbas Cementerio y monumento americano

Lo que más nos impactó fue la tumba del General George S. Patton, el famoso comandante estadounidense. Su tumba es sencilla, pero está ubicada en un lugar destacado, frente a los demás, como símbolo de liderazgo y respeto. Siempre hay flores frescas y banderas en su memoria. Fue un momento emotivo estar allí, frente a la tumba de alguien que tuvo un papel tan importante en la historia.

El Monumento Conmemorativo también es impresionante. Es un edificio semicircular con mapas de las batallas grabados en piedra y una inscripción que rinde homenaje a los soldados caídos. La vista desde el monumento es preciosa, con colinas verdes que se extienden hasta el horizonte.

Este lugar no es solo un cementerio; es un recordatorio poderoso de la historia y el sacrificio humano. A pesar de la tristeza que conlleva, hay una sensación de paz y gratitud en el ambiente. Nos quedamos un buen rato reflexionando sobre lo que significa la libertad y el precio que muchos pagaron por ella.

Después de visitar el Cementerio y Monumento Americano, nos enteramos de algo que no muchos turistas conocen: muy cerca de allí, en la aldea de Sandweiler, se encuentra el Cementerio Militar Alemán. La curiosidad nos pudo, así que decidimos ir a verlo, y fue una experiencia que nos dejó reflexionando unos días.

Cementerio Militar Alemán en Sandweiler: la otra cara de la historia

Para llegar, simplemente caminamos unos 15 minutos desde el Cementerio Americano. Está bien señalizado y el camino es sencillo, atravesando un pequeño bosque. La cercanía entre ambos cementerios es impactante, y ya solo ese hecho te hace reflexionar sobre la absurda cercanía de la muerte en tiempos de guerra.

Cuando llegamos, notamos de inmediato la diferencia en el ambiente. Mientras que el Cementerio Americano está impecable, con jardines cuidados y cruces blancas perfectamente alineadas, el Cementerio Alemán tiene un aspecto mucho más sombrío y austero. Las cruces negras de piedra están agrupadas de cinco en cinco, y el ambiente es mucho más sombrío.

Aquí descansan más de 10,000 soldados alemanes, muchos de ellos jóvenes, que murieron en la Batalla de las Ardenas, la misma batalla que llevó a los soldados estadounidenses al cementerio vecino. A diferencia del cementerio americano, este lugar se mantiene únicamente con donaciones y el apoyo de voluntarios, lo que explica su secillez. Nos conmovió ver algunas tumbas cubiertas de musgo y flores marchitas, un recordatorio de lo olvidadas que pueden quedar algunas historias.

Mientras caminábamos entre las tumbas, nos invadió un sentimiento de tristeza. Independientemente del bando en el que lucharon, todos eran jóvenes que dejaron sus hogares y nunca volvieron. No podemos evitar pensar en sus familias y en cómo la guerra marcó sus vidas para siempre. Este cementerio muestra la otra cara de la historia, una que suele quedar en el olvido.

Nos llamó la atención que no había casi nadie visitándolo, en contraste con el flujo constante de turistas en el Cementerio Americano. Nos quedamos un rato en silencio, reflexionando sobre cómo las historias de estos soldados también merecen ser recordadas. Es un lugar que invita a pensar en la paz y en las consecuencias de la guerra, sin importar el bando.

Si todavía te sobran días para seguir visitando Luxemburgo no olvides leer el post Que ver en el país de Luxemburgo, donde descubrirás experiencias alternativas como el Camino de Santiago, tierras de vinos, la curiosa gastronomía de Luxemburgo, ¡y mucho más!

Tarjeta Luxemburgo

Si planeas explorar Luxemburgo a fondo y quieres ahorrar dinero en entradas y actividades, el LuxembourgPass es tu mejor aliado.

El LuxembourgPass es una tarjeta turística que te permite acceder de manera gratuita o con descuento a más de 80 atracciones en todo el país. Incluye museos, galerías de arte, castillos, palacios e incluso algunas instalaciones deportivas y de ocio.

Se puede utilizar para entrar a varios museos y explorar los castillos más impresionantes sin pagar extra. Además, es digital, así que solo necesitas tu teléfono. Parece súper cómodo y práctico.

  • Puedes comprarlo para 1, 2 o 3 días, según el tiempo que planees quedarte.
  • Se puede usar en todo el país.
  • Funciona como un código QR que llevas en tu móvil (o puedes imprimirlo).
  • Se activa al escanearlo en la primera atracción que visites y es válido hasta la medianoche de ese mismo día.
  • Si compras el pase de 2 o 3 días, no tienes que usarlos seguidos. Puedes repartirlos durante el año, lo cual es genial si planeas volver a Luxemburgo en otra ocasión.

En cada lugar que visites, solo tienes que mostrar el código QR para que lo escaneen y listo, así de fácil.

¿Cuánto cuesta el LuxembourgPass?

Te cuento los precios según el número de días y personas:

  • Pase individual:
    • 1 día – 14 €
    • 2 días – 22 €
    • 3 días – 31 €
  • Pase para dos personas:
    • 1 día – 28 €
    • 2 días – 44 €
    • 3 días – 62 €
  • Pase para grupos (3 a 5 personas):
    • 1 día – 31 €
    • 2 días – 54 €
    • 3 días – 77 €